Pelo del gatito


Los de pelo largo, a diferencia que en plena naturaleza, realizan varias mudas de pelo al año. Hay que cepillarlos a diario para lograr que su manto se muestre brillante y lustroso y evitar que se trague él mismo el pelo muerto. Se les puede cepillar con peine de púas que elimine restos sueltos y espolvorear polvos de talco (si son de capa blanca) para después pasarle el cepillo de púas o peines más fino en función del lugar del cuerpo. Hay que detenerse en revisar todo el cuerpo, especialmente axilas, abdomen y detrás de las patas traseras, ya que es donde aparecerán más nudos. Se necesita paciencia y no a todos les divierte, pero si se les acostumbra, luego nos lo agradecen. Para algunos es como un juego y nos harán pasar un buen rato. Para la cara nos será útil un cepillo de dientes suave.

Recuerde premiar siempre al gato con caricias y mimos mientras lo asea y con alguna golosina al acabar si es poco dócil para ir aficionándolo.

Los de pelo corto son más sencillos, un simple guante o cepillo de cerdas suaves una vez a la semana será suficiente. Después del cepillado, con una gamuza o trapo de tela se les saca brillo y se eliminan restos.

Recuerde: si su gato sufre abandono en su aseo y usted tampoco le ayuda, llegará a tener el pelo tan anudado que será mejor que un profesional lo retire rasurándolo, ya que esos nudos en la piel favorecerán la aparición de infecciones o parásitos.