Hamsters graciosos


A los niños les encantan, y muchos padres se niegan a comprarlos porque se parecen a las ratas.

Los pequeños hámster son una linda mascotas que contrario a lo que se cree requieren de mucho cariño y son una gran compañía. La creencia popular es que estos animalitos son muy tontos, indiferentes y aburridos. Esto no es cierto. Pocas mascotas son tan activas. Ellos requieren tener un lugar acondicionado para moverse, ejercitarse y divertirse, como toboganes, ruedas giratorias y laberintos, pues sino no podrán gastar toda la energía que tiene y pueden caer en depresiones profundas. Su hiperactividad los obliga a estar en constante movimiento.

Además, de tontos ni un pelo. Gracias a su inteligencia el hámster se mueve a través de los laberintos más complicados y siempre encontrará la salida. Su sentido de la orientación es impresionante, y la verdad es que pensar que son tontos porque no hemos aprendido a comunicarnos a fondo con ellos, es injusto. Un hámster puede ser entrenado como cualquier animal, pues no carece de inteligencia.

Por otra parte es común pensar que con alimentarlos, asear su jaula y darles agua es suficiente y que no requieren ningún contacto físico. Nada más lejano de la verdad. Como cualquier ser vivo necesita sentirse querido, por lo que el contacto con su amo le hace muy bien.

El vínculo afectivo con un hámster se crea cuando él se acostumbra al calor de nuestras manos. De ahí que la mejor manera de demostrarle que lo queremos es tenerlo a menudo entre las manos, sin estrujarlo o apretarlo mucho, para que no sienta que está en peligro. Ellos son muy delicados y con cualquier movimiento brusco se asustan, lo que los lleva reaccionar violentamente y a morder.

Si tienes un hámster, es importante que sepas que es mejor no tener a la pareja en la misma jaula. La hembra es muy agresiva y puede desear ser viuda de un momento a otro y acabar con su compañero. Incluso son capaces de matar fríamente a sus crías, así que es mejor tenerlos separados a menos que quieras que se reproduzcan y sea época de aparearse.

Si los vas a cruzar, puedes dejarlos juntos hasta que la hembra tenga sus bebés. Luego, vuelve a separarlos. Y para que la madre no mate a sus retoños, te recomendamos no tocarlos ni respirarles encima, pues cuando la madre siente un olor diferente en sus hijos no los reconoce y es cuando se deshace de ellos. Una vez que han dejado de mamar, separa a las hembras de los machos, sino tendrás una matanza de hámster.

Nunca lo pierdas de vista si lo dejas salir de su jaula, lo cual es recomendable, para que se acostumbre a vivir en la casa, y te reconozca. Pero, al ser tan pequeños requieren estar bajo constante vigilancia, sino se pierden, se meten en cualquier rendija o se esconden en las gavetas. Esto no sólo es peligroso para él, sino que recuerda que al fin y al cabo es un roedor, lo cual implica que se meterá todo a la boca para roerlo.

Los dientes de esta mascota no dejan nunca de crecer, es por eso que deben estar mordiendo algo constantemente, para no herirse e incluso morirse. Por esta razón, requieren una alimentación que incluya un concentrado duro y consistente, pan tostado, y algunos cereales.

Los hámster tienen la ventaja de que no hacen ruido y sus cuidados son básicos, pero no hay que olvidar que si tenemos un animalito, y nos hacemos cargo de él, es nuestra responsabilidad que tenga la mejor vida posible. No pensemos que por ser pequeños no requieren cariño y contacto físico. Es nuestro deber quererlos mucho y hacerlos felices. No nos cuesta más que un poco de tiempo y dedicación.